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Amor a primera vista

foto de Vinci, un gatito y su cuidadora

VINCI

La historia de Vinci va ahora unida a la de Susana Pacios, a quien agradecemos nos permita compartir esta historia tan bonita.

radiografía de Vinci

Cristina colaboradora de la protectora HOOPE llamó desesperada a El Nahual. Habían rescatado a un bebé gatito hacía unas semanas con las patas rotas, la izquierda la arrastraba, una hernia inguinal y un ojo con una gran cicatriz que le impedía la correcta visión. Le habían hecho pruebas y el traumatólogo había llegado a la conclusión de que había que cortarle la patita sin sensibilidad y que llevaba arrastrando. HOOPE quería una segunda opinión antes de la amputación.

Casualmente yo estaba en El Nahual aquella tarde mientras atendían a mi perra y cuando vi llegar a ese ser tan pequeño y asustado, parecía preguntar entre los barrotes del transportín a todos los que nos acercabamos, si queríamos ser su familia. Sacaba sus  patitas a través de las rejillas y te agarraba suavemente el dedo. Sólo con eso me enamoró y pregunté qué le pasaba. Me dijeron que estaba muy malito y necesitaba casa de acogida o adopción. Yo enseguida me ofrecí a lo que pudiera ayudar.

Las veterinarias de El Nahual, sacaron a Vinci y le pusieron a andar por la camilla, arrastraba la pata y su pie se doblaba (no apoyaba la planta en el suelo). El tobillo sufría una hiperextensión hacia atrás por la postura de arrastrar y echar el peso. Sin embargo sí tenía movilidad y algo de sensibilidad profunda. Le colocaron una férula que hicieron en un momento con una ligera botella de plástico para que fuera apoyando bien la pata, y para que andando consiguiera la masa muscular que había perdido.

Me llevé a Vinci y en apenas 6 días dejó de cojear, se le quitó la férula a los pocos días y empezó a correr como un loco. Ni rastro de la pata inservible que querían cortar.

 

Ni que decir tiene que al darle mi dedo aquel día en la consulta, estábamos firmando un pacto familiar de por vida. Vinci se convirtió en mi primer gato. Te quiero ojos verdes !!!!

Cuando Vinci vino pidiendo ayuda, comprobamos que la amputación de su pata izquierda no estaba indicada ya que había movilidad y aún tenía algo de sensibilidad. Su nervio estaba dañado. La fractura de fémur de la otra pata habían consolidado dejando las patas algo torcidas, pero eso no nos preocupaba.

Teníamos que devolver el pie y el tarso a su postura fisiológica, llevaba demasiado tiempo forzándolos hacia atrás. Jugábamos con la ventaja de que al estar en pleno crecimiento, el nervio también podría regenerar más rápido. Le recetamos de homeopatía Árnica e Hipérico. La evolución fue asombrosa y en menos de una semana estaba andando correctamente sin férula! 

 

En lo que respecta a su ojito intentamos hacer más pequeña la cicatriz con colirios, aunque no mejoró mucho.

 

La hernia fue cerrando, dejando sólo algo de grasa fuera. La ecografía también confirma esto. Sigue en observación.

 

Ahora Vinci es un gato ‘sano’ y feliz con Susana. Gracias a HOOPE por esa segunda oportunidad que siempre dais.

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